viernes, 13 de junio de 2014

¿Se puede medir el aprendizaje?

No se puede medir el aprendizaje porque el conocimiento no es algo cuantificable y ya no solo eso, sino que en la escuela no deberíamos de formar a personas como si fueran ordenadores, llenas  definiciones e información, sino personas con destrezas, aptitudes, enseñarle valores, saber comportarse en la sociedad. Solo nos preocupamos por que los niños sepan  quien escribió tal poema, o dónde desemboca el Tajo. Deben de tener una base en matemáticas, escritura y lectura, pero no es necesario tanto conocimiento que solo hace aburrir al alumno y más aún si acabamos examinándolos para comprobar  cuánto han sido capaces de memorizar… porque es solo eso, memorización y no aprendizaje.
Viendo como son algunos niños en sus casas, como faltan al respeto a las familias, como se comportan en la calle con sus amigos, como tratan a algunos niños en el colegio, es cuando más veo la importancia que tiene enseñar valores y educación, y la poca importancia que tiene que todos esos niños se dediquen a memorizar conocimientos, no les sirve para nada aprender eso que dentro de dos semanas olvidarán y sigan comportándose como gamberros en la sociedad.
Y saliéndonos de lo que se debería de enseñar y de lo que no, la nota de un examen no refleja lo que hemos aprendido, lo que determina es que un alumno en ese momento concreto ha sabido contestar a unas preguntas concretas, valora la memorización.
La evaluación no atiende a las necesidades de los alumnos, trabajar día a día con ellos es lo que les ayuda, la evaluación hace ponerlos en tensión y que no tengan ganas de aprender, desaparece la motivación y luego tenemos la enorme tarea de conseguir que estén motivados con contenidos absurdos que sabemos que no necesitan saber para su futura incorporación al mundo laboral.
La calificación tiene la tarea de selección, selecciona a los que pasan las pruebas y discriminan a los que no, se deshacen de los alumnos a los que les cuesta más aprender en lugar de ayudarles durante todo el curso y poner a la clase junta a realizar actividades donde se ayuden unos a otros como dice Lev Vygotsky, el psicólogo ruso que hizo hincapié en la importancia de la interacción social y la dinámica de grupo en el aprendizaje y el desarrollo, vamos dejando atrás a los alumnos más necesitados haciéndoles sentir que son torpes y que no valen lo suficiente como para superar un curso, y así poco a poco, estos niños van empeorando su comportamiento cada vez más.  
Durante las últimas décadas hemos pasado de ver el aprendizaje como una experiencia individual y pasiva a verlo como algo dinámico y como un activo proceso de desarrollo, y es nuestra tarea hacer que se lleve a cabo dicho modelo de aprendizaje

Deberíamos de considerar la evaluación como una tarea para comprender y mejorar, en este caso, el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos y alumnas, en vez de cómo un instrumento de sanción, de selección y promoción.

lunes, 21 de abril de 2014

¿Se puede saber ser maestro antes de serlo?

Estamos ante una cuestión que me da mucho que pensar y que investigar…

Antes de comenzar la carrera pensaba que se sabía ser maestro antes de ejercer la profesión, que para eso iba a entrar en la facultad pero una vez dentro la incógnita va adquiriendo otra respuesta.
Podríamos salir de la universidad sabiendo un poco cómo ser maestros pero me planteo lo siguiente, sé que en la era en la que nos encontramos tenemos que innovar, utilizar las nuevas tecnologías, el profesor tiene que ser investigador y estar en constante formación para adaptarse al cambio o mejor aún, provocar el cambio, sé que tenemos que encontrar la motivación en los alumnos pero ocurre lo siguiente: cuando yo entre por primera vez a un aula de primaria no me voy a acordar de todo lo que me han dicho mis profesores que tengo que hacer, lo que haré con el “miedo” de encontrarme por primera vez sola ante el aula será lo que he estado viendo toda mi vida, abrir el libro y dar la clase conforme dicte el libro, entonces… ¿de qué me sirve todo lo aprendido? Me doy cuenta que de nada. Habría que cambiar eso para que salgamos de la carrera sabiendo ser profesores aunque sea un poco más de lo que lo somos ahora.

Estoy harta de leer que lo más importante hoy en día es dejar a un lado el método de enseñanza de memorizar y memorizar sin aprender nada como si fuéramos cerebros que solo escupen información sin tener la capacidad de ser críticos, que nosotros, los futuros profesores,  tenemos que cambiar esto y hacer algo para que los alumnos recuerden siempre, que aprendan de verdad, tenemos que desarrollar  competencias profesionales teóricas y prácticas y enseñarles a utilizar la información pero me planteo una cosa… ¿Cómo podemos nosotros cambiar esto si no sabemos cómo, si no nos lo enseñan? Nos siguen enseñando y dando ejemplo de memorizar psicología, memorizar teoría de la educación, cómo tratar a un alumno con problema de hiperactividad, etc., cierto es que se necesita la teoría pero tiene que ir acompañada de una práctica sino todo lo MEMORIZADO se olvidará. Tras una entrevista realizada a una profesora de la universidad de Cádiz, Noelia Alcaraz Salarirche, me he dado cuenta de cuál es el problema, ¿De qué nos sirve dar la teoría y al salir de la facultad tener la práctica sin posibilidad de volver a consultar con nuestros profesores qué hacer ante cualquier problema? Sería genial que en las clases de la universidad fuéramos a las aulas con los niños, ver cuáles son las situaciones a las que nos enfrentamos y al día siguiente en la facultad plantearle al profesor las situaciones en las que nos hemos encontrado y que ahí, ellos nos digan qué hacer y cómo hacerlo, es decir, vuelvo a repetir que relacionar teoría y práctica sería la clave.

Actualmente con nuestro profesor, Miguel Sola, estamos trabajando en el aprendizaje basado en proyectos, algo parecido a lo que quiero explicar: nos plantea el proyecto, nos da fuentes de información, la posibilidad de indagar por nuestra cuenta en otras fuentes, nosotros leemos, trabajamos en ello, si tenemos algún problema o alguna consulta se lo decimos y el nos ayuda, así, involucrándonos, es como aprendemos. Lo mismo pienso que se debería hacer con las clases pero poniéndonos en situación con los alumnos, pero tal y como están organizadas las clases actualmente está claro que la respuesta al proyecto es negativa, no sabemos ser maestros antes de serlos.

EL problema  de que un alumno aspirante a profesor no sepa decirte porque ciudad pasa cada rio, está claro que es por el método de estudio, el memorizar no sirve de nada, después de tantos años sin volver a tocar el tema y lo aprendimos simplemente memorizando es normal que se olvide, Benjamin Franklin lo dice bien claro: “dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. El profesor no estudia lo que va a dar sino el cómo lo va a dar, conseguir la manera de que el alumno quiera aprender, esa es la tarea del profesor, porque como dice Rousseau en su Emilio: “Despertad en el niño el deseo de saber, y ya no tendréis que preocuparos de nada más”. Eso es lo importante



Claro está que la nueva función del docente debe ser la de crear personas críticas, guiar al alumno en su aprendizaje, ser organizador, orientador, dejarles desarrollar su creatividad, debe de enseñarles a usar las TICS, aprender nosotros tanto de ellos como ellos de nosotros, la información se encuentra en internet en cualquier momento, no es eso lo que necesitan los alumnos que nosotros les demos, ni los profesores por el hecho de ser profesor es sinónimo de fuente de información de donde proceden todos los conocimientos, eso es un gran error, nuestra memoria no almacena la información años tras años y si la información la encuentran en internet, ya no es la fuente única de saberes, no vamos a crear personas que sepan más sino personas que sepan preparar al alumno para el futuro, eso es educar.

                                            

sábado, 19 de abril de 2014

La motivación

                          

Lo principal para que un alumno aprenda en clase es que él mismo quiera aprender, si se le obliga o se le exige, el alumno rechaza al profesor, rechaza ser educado. La motivación se mueve por la necesidad del individuo, por los impulsos.
Que el alumno conozca el porqué se le está enseñando algo es la principal motivación, si no sabe para qué está aprendiendo a analizar una oración, piensa que no le sirve para nada y no quiere hacerlo. La tarea del docente es la de que los niños aprendan sabiendo para qué aprenden y la de despertar en ellos la curiosidad por saber más cosas sobre el tema, encontrar qué es lo que a ellos les llama la atención o, “simplemente”, hacer que les resulte interesante lo que tenemos que enseñar. El problema quizás, de que los niños aprendan algo sin saber para qué les servirá, es que realmente no les va a servir para el futuro eso que están aprendiendo y quizá lo que haya que hacer es cambiar el temario de aprendizaje, que ellos sepan que es necesario saber eso y así querer aprenderlo.

                                     

La motivación es tan importante como que mueve todo lo que hace el individuo, lo hace por una motivación, unos objetivos que quiere cumplir. Cuando hacemos algo, lo hacemos siguiendo la necesidad de satisfacer tres grandes deseos: pasarlo bien, estar afectivamente vinculados, ampliar nuestras posibilidades (sentir que progresamos, que somos competentes, capaces, significativos). Tenemos que conseguir que la educación esté vinculada a estos tres aspectos para que el alumno quiera la educación.
No hay alumnos buenos ni alumnos malos. Todo depende de los profesores, somos quienes tenemos que guiar a los alumnos para que hagan lo que deben de hacer, no es fácil, pero es nuestro trabajo.
Cierto es también lo que los investigadores Nisan, Shamir, Harter, Ryan, Connell dicen, no solo hay que motivar para que les guste hacer algo, sino que también hay cosas con las que tenemos que cumplir por obligación, y también hay que enseñarles eso, que hay cosas que tienen que hacer aunque no quieran.

                                     



https://docs.google.com/document/d/1sVeIfgB8_aWOhNHdPuvqig80VIdcIUUyy57WuWWzyyE/edit ENTREVISTA A UNA DOCENTE DE CORONEL SUAREZ, sobre la motivación.

sábado, 12 de abril de 2014

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Y ENSEÑANZA PERSONALIZADA

LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES “La inteligencia se mide con el coeficiente intelectual, ello delibera si eres listo o tonto”. Vivimos pensado que ser listo o tonto, y por ello nuestras de futuro en la vida, depende de ese test de inteligencia, esto es típico de occidente, mientras que en oriente se cree en el esfuerzo. En Asia lo importante es en qué decidimos trabajar y cuánto nos aplicamos a una tarea, la calidad de la enseñanza y los recursos de los que disponemos, eso hace que alcancemos lo que queremos y vale más que un test de inteligencia. Según Howard Gardner, no existe una única inteligencia sino una inteligencia múltiple, el cerebro tiene dos hemisferios: el hemisferio izquierdo rige el pensamiento lógico, verbal y analítico y el hemisferio derecho por el contrario, se ocupa de la parte subjetiva, emocional y creativa, por lo tanto el cerebro no funciona como un único ordenador, sino varios. LA ENSEÑANZA PERSONALIZADA Lo que hace 20 años era impensable, dar una enseñanza personalizada a cada niño de acuerdo a sus necesidades e intereses, ahora es posible gracias a la nueva era de las tecnologías. Por fin podemos salir de esa monotonía de horas en clase fijados en un libro y en un profesor que repite lo que está escrito y manda tareas sucesivamente creyendo que así aprenderemos. Ahora tenemos la oportunidad de ofrecerle a los niños que investiguen lo que les gusta, de que quieran aprender de cada asignatura navegando por internet buscando información, podemos trabajar en proyectos de esta manera se les motiva a llegar a un objetivo que ellos mismos desarrollen, el profesor en este aspecto siempre va ha hacer de guía del alumno y le va a aconsejar. Y lo más importante es habrá no solo una única forma de enseñar, sino que al igual que cada persona es diferente, también la formación es diferente y si poco a poco vamos utilizando éstos nuevos métodos, podremos cambiar la enseñanza y así todos aprenderemos un poquito de todos, los alumnos de los profesores y los profesores de los alumnos.

lunes, 3 de marzo de 2014

Francesco Tonucci

Francesco Tonucci es un psicopedagogo italiano que trata el complejo tema sobre cómo sería la escuela ideal.

Dando una vuelta al pasado, descubrimos una escuela donde los alumnos se sentían cómodos, se respetaba al maestro, había división de géneros en los/as alumnos/as y los discentes tenían buenos hábitos de lectura gracias a los padres.

Con la llegada de  la democracia, llegamos a la conclusión de que la escuela actual no es buena. La escuela se ha quedado para pocos y necesitamos una escuela que acoja a toda clase de niños  tontos, torpes, rebeldes… Los alumnos deberían presentarse para conocerse e integrarse. Actualmente no hay igualdad en la educación.

La escuela de ahora no gusta a infantes, padres ni maestros. Los padres faltan el respeto a los maestros y asumen el poder de proteger a los hijos por encima de todo. Los gobiernos piensan constantemente en cambiar las leyes.

Las familias se consideran la base de la educación, pero según Tonucci esto no es así ya que no disponen de los recursos necesarios.

La escuela debe convertirse en un lugar rico de estímulos, espacios significativos, los adultos deben leerles a los niños en voz alta antes de hacerles escribir. 1º escucha, ofrecerles a los niños un abanico amplio de lenguaje, 2ºpropuesta.

Destaca la diferencia entre la escuela de élite donde solo se le da importancia a la información y la escuela compuesta de talleres que es la que él defiende, una escuela con talleres de biología, música, etc.
La frase de hay trabajo para los mejores, Tonucci la ignora, dice que no hay trabajo para los mejores sino que hay que ayudar a descubrir en cada uno de ellos que es lo suyo. Estudiamos lo que pide el estado, se realizan estudios de lo que necesita el mercado y lo comunicamos a la escuela, esto no es así, hay que dejarlos ser felices desarrollando sus deseos.


Defiende una escuela creativa, negando una escuela que castiga  a los niños que buscan otras salidas. Una escuela buena necesita diversidad, y una escuela pública necesita igualdad. 

domingo, 23 de febrero de 2014

Algo que aprender

Un problema considerado en la educación, según una entrevista realizada al pedagogo francés Philipe Meirieu, es el de considerar la mente de los niños como un depósito donde se depositan los conocimientos y se les exigen rendimientos,  afirma que “no podemos contentarnos con dar de beber a quien tiene sed, sino que hay que dar sed a quienes no quieren beber”, estimular la curiosidad de los infantes en lugar de exigirle repeticiones.
Según un artículo de Fernando Sabater (El valor de educar), la escuela debe fomentar la pasión por el conocimiento, aprovechando la curiosidad de los niños, que esto es algo que forma parte de su condición. La idea de que todo sea memorización es absurda, pero también hay que destacar que hay que cultivar la memoria ya que, ésta, desarrolla la inteligencia, hay que aprender a recordar.
Hacer que los niños memoricen ignorando el porqué tienen que memorizar eso, sin que ellos tenga curiosidad por saber algo, hace que con el paso del tiempo los niños olviden lo aprendido, se dedican a memorizar algo para el momento de la prueba a la que se les somete para medir sus conocimientos. La enseñanza y la educación debería preparar al infante de manera que los conocimientos adquiridos sirviesen para su participación en el mundo y para que sea una persona culta que sepa desenvolverse por sí mismo. Existen actividades prácticas que ayudan a memorizar conocimientos más fácilmente, que hagan más amena la enseñanza del discente, de ésta manera despertamos su curiosidad con actividad, que siempre ayuda más que pasarse horas sentados frente a un profesor que solo habla y habla. Y dejar funcionar su creatividad también forma parte de su interés por aprender y despertar la curiosidad, nosotros los docentes también podemos aprender mucho de ellos.
Sería un gran logro conseguir formar una clase donde el alumno tome la iniciativa de querer ser educado.

En segundo lugar, todos los ciudadanos tienen derecho de acceder a la educación. La educación, en las escuelas, se trata de formar a seres humanos libres, pero la libertad implica disciplina, aunque parezca algo contradictorio, es imprescindible. La libertad está  ligada a la disciplina que hace a las personas responsabilizarse de las decisiones que se toman libremente.